En La Capilla

Espacio Cultural en Arguedas

El cuerpo de las Stateras.

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Una nueva exposición en LaCapilla, una nueva aventura estética esperando que nos acerquemos a ella.

A tan solo unos pasos de la rampa de acceso nos llega una promesa… la foto que Oihane Irisarri ha realizado de una de las esculturas de Juan Ignacio, nos recibe en la puerta. Desde lo alto y con vistas al horizonte nos invita a mirar lejos, a un paisaje infinito, indefinido al tiempo que acotado.

Sigo… camino… atravieso la puerta … me adentro en el interior…el ambiente se torna familiar, cercano, habitado por toda una familia de piezas en hierro que mantienen la unicidad de sus formas, compartiendo genética en su creación y singularidad en su acabado. Es la gran familia de las Stateras.

A través de un juego de cubos insertados entre sí realizados en perfiles o varillas metálicas, se generan unas piezas geométricas que rompen con la simplicidad del cubo y generan todo un entramado de posibilidades visuales y sensitivas en quien a ellas se aproxima, acentuado sobretodo por el carácter cinético de la obra y la posibilidad de interacción personal con ella.

Somos recibidos por la “Trillizas”, como el propio autor las llama con cariño, que en su verticalidad se tornan personajes reales dialogando entre si y lanzándonos una invitación a jugar con ellas, a descubrir sus posibilidades y sus pequeñas diferencias también. De alguna manera, aunque no por afinidad formal, me recuerdan a aquellos personajes con los que convivía la escultora Louise Bourgeaois en sus primeras obras.

Y que tanta compañía y aliento le daban en la soledad de su casa-taller.

Ya inmersos en el espacio familiar, nos encontramos presidiendo la escena al “Trikuboo” la más grande y compleja de la familia “Motus statera” entorno a ella el resto de las obras se despliega en un juego dinámico de relaciones como si se estuviesen generando conversaciones en pequeños grupos en una misma estancia y nosotros tuviésemos la oportunidad de intervenir en cada una de esas conversaciones. Como la invitación a participar en una fiesta donde conocer e interactuar con cada uno de los asistentes.

Cada una de estas esculturas es un cuerpo vivo. Un cuerpo físico con cuerpo emocional y alma griega. Podemos adivinar entre sus tatarabuelos a Platón, con la utilización en su estructura básica de uno “los cuerpos platónicos”, el cubo. Otros como la pirámide y el hexaedro también hacen acto de aparición, aunque con más discreción, a la sombra del cubo.

Cada una de éstas “Stateras” tienen una inquietante peculiaridad basada precisamente en su posibilidad de movimiento. Mientras el cubo exterior le aporta la estabilidad de un cuerpo sólido, con mucha tierra… en su interior, cuando el cuerpo interno gira, una suerte de inestabilidad, juego, movimiento emocional se genera. Ese espíritu juguetón e inquieto que posiblemente tenga el mismo autor y que tan sutilmente ha trasmitido a su obra. De forma que estos cuerpos bullen en su propio caos interno acogidos y estabilizados por el cuerpo exterior que los arropa.

Mucho más se podría decir de éstas obras, pero mejor verlas en persona e interacturar con ellas, como lo hizo en su día David Floristán dejándonos en forma de texto en la sala sus impresiones, de las que podéis disfrutar, junto a las que a cada uno se le generen.

Sol Aragón.

(Texto incluido en el díptico de la Exposición de Juan Ignacio Zubieta Baile “Arte Kubing 2014” en el Espacio Cultural LaCapilla. Septiembre 2015)

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This entry was posted on September 10, 2015 by in Escultura and tagged , , , , , .