En La Capilla

Espacio Cultural en Arguedas

Arguedas, patrimonio natural.

 

El paisaje, o la apreciación del paisaje es una construcción cultural. Como género propio en el arte de la pintura tuvo su eclosión en el siglo XVIII y XVX; hasta entonces, a excepción de algunas obras puntuales que más obedecían a apuntes preparatorios para posteriores cuadros, el paisaje era “aquello que acompañaba a la figura u otros motivos arquitectónicos”

La autonomía del Paisaje como tema pictórico vino acompañanda de una apreciación y valoración de los entornos naturales cercanos, y lejanos. Es el momento de los grandes y exóticos viajes que trajeron la época de las grandes colonizaciones. Pero la exposición que aquí nos ocupa no se va tan lejos, muy al contrario, se ocupa de ese paisaje cercano que rodea la localidad de Arguedas que a veces por tan cercano nos olvidamos de mirarlo con detenimiento; apreciando aquello que vemos.

Esta exposición es una invitación a detenerse, a mirar y apreciar con calma y sosiego esa riqueza natural que nos rodea y forma parte de lo que es Arguedas más allá de su casco urbano. Y una vez más, es la pintura en su hacer lento y mirada intensa, la que nos lleva a adentrarnos de una forma especial en aquellos lugares y rincones que recorremos amenudo pero que las prisas, la rutina y la excesiva familiaridad hacen que los pasemos de largo sin apenas regalarles la mirada de sorpresa, de entusiasmo y de gratitud que merecen por ese pedazo de belleza que la Madre Naturaleza nos está regalando, ahí, justo a la puerta de casa.

Una de la peculiaridades de Arguedas es precisamente la variedad y riqueza de su entorno natural, un patrimonio natural que abarca desde las desérticas zonas bardeneras, hasta los inundables sotos del rio Ebro y entre unas y otros, la variedad paisajistica y natural forma un espectro de colores y vistas de una calidad riquísima.

Las orillas del Ebro con sus matorrales, choperas, caminos y cantos rodados, así como el propio cauce del rio siempre cambiante. Los arrozales que en las diferentes epocas del año van cambiando nuestro entorno… desde los atardeceres y amaneceres reflejados en sus aguas estancadas hasta los rastrojos donde descansa el vuelo de las cigueñas.

Cada momento, es un regalo a la mirada.

Lo mismo ocurre con el monte… romeros y almendros en flor de delicada belleza, sembrados verdes o dorados si ya se acerca el verano; vistas panorámicas que nos llevan la mirada desde los Pirineos hasta el Sistema Ibérico con el siempre presente Monte Moncayo. Y desde allí, desde nuestra amada Sierra del Yugo, la no menos amada Bardena, con sus peculiares formas bañadas por la luz del sol que las va transformando a cada paso, igual que el viento.

Un paraíso natural que muchos quisieran, un regalo de la Madre Naturaleza que de nosotros depende su cuidado.

 

Un sincero agradecimiento a cada una de las pintoras de la Asociación de Pintura Artelanasa, así como a los fotógrafos participantes, que mediante su mirada y decicación contribuyen a que los demás seamos más conscientes todavía del Patrimonio Natural que conforma éste municipio, y que mediante su interpretación personal añaden más interés todavía a éstas joyas de la Naturaleza, porque un árbol caído es mucho más que un trozo de leña, una cabaña derruida mucho más que cuatro piedras, y un cuadro mucho más que unas manchas de pintura.

Sol Aragón

(Texto incluido en el díptico de la exposición)

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